Desencadenada

Virtualmente Libre

sábado, abril 29, 2006

La Verdad

Todo es una mentira. No hay buenos días hoy, no hay cielo azul, los niños no son tiernos ni divertidos, los animales no me inspiran cariño, no hace calor, no hay sonrisas en ningún rostro, nadie es amable, no hay semáforos en verde a lo largo de las avenidas que no están despejadas. Es un mal día, tengo frío, mi cielo es gris, mis semáforos están todos en rojo, el tráfico está caótico. Mi única realidad es la mentira que vivo. Y me quiero ir, quiero irme a lugares desconocidos, lejos. Y quiero quedarme, en mi ciudad, en la que no conozco. Y a ratos quiero desaparecer de todos, y de mí. Irme y quedarme. Y no distraerme y terminar posando la mirada sobre placas de autos que tienen 4 letras que no digo, en el orden que decía. Y no quiero voltear y ver la publicidad de ninguna cerveza que no quiero beber, ni de vodkas que apenas bebo. Y mienten las canciones de rock, porque no son rudas y tratan todas de amor. Mienten las noticias sobre una guerra inminente. Mienten todos los que callan y los que hablan quiero que se vayan a la mierda. Porque quiero seguir oyendo mentiras. Quiero sentir mentiras y vivirlas y hacerlas mi realidad y olvidarme de ésta.
Nunca he sido tan sumisa como hoy. Su cuerpo húmedo y desnudo a mi lado fue mucho más que un presagio, fue una sentencia. Sus manos me acariciaban y yo pretendía no haber despertado. Sus dedos sobre mi piel me hacían pensar en un arado surcando tierra húmeda. Me quedé inmóvil mientras me tocaba. Se me ocurrió que en un punto iba a tener que despertar, que no podría seguir fingiendo indiferencia. No quería y no podía. Entonces decidí esperar, noté que mi desgano no lo desanimaba, y resolví continuar así, rendida. Tendría que disimular mi aborrecimiento con gemidos? No, no era capaz. Tampoco había la necesidad de hacerlo. Apreté mis ojos con tanta fuerza que me olvidé del dolor. El arado sobre mi espalda, el arado en mi cuello, sobre mis nalgas y muslos. No abrí los ojos, no me moví, casi no respiraba. Exánime, le regalé mi cuerpo. Sentí que la mente era lo único que me pertenecía, mis pensamientos se hicieron impenetrables. La oscuridad me resultó confortante y no quise salir de ella porque prefería seguir pensando en el arado y no ver su cuerpo sobre mi. No sé cuánto tiempo permanecí bajo él, pero sé que fue suficiente para odiarlo. Me hirió, me laceró, me humilló. Y me hizo odiarme a mi, porque le permití vengarse.

viernes, abril 28, 2006

Se te hace más difícil cada segundo y en cada respiración pierdes algo que fue sólo tuyo. Desearías no haber jamás estado. No haber jamás conocido. Pero fuiste terca. Fuiste intempestiva, una vez más. Es que la gente no cambia, ni tu ni yo ni él ni ella ni ellos. Nadie. Y descubrirlo te duele, te abate que lo diga, pero te lo repito si es necesario. Créeme, que aunque yo no sepa mucho de muchas cosas, he visto y he andado. Poco he vivido, pero he oído mucho. Por ahí aprendí que querer algo no basta, no importa cuánto lo añores. No es verdad que se cumplen los deseos, no estarías cómo estás de ser cierto eso. No se cumplió y lo que sí creo es que las cosas son como son, están escritas, designadas y debes aprender a vivir como las marionetas, inerte. Resígnate, abandona. No hay dilemas. Regocíjate sabiendo que está todo resuelto. Te vieron pesada, y de pura lástima resolvieron arrancarte el peso que tenías en el pecho. Ahora estás ligera, se te ve, te lo noto. Lo que pasa es que estás confundiendo lo ligero con lo vacío. Así no es, Así no es. Y bueno, yo mejor me voy, porque no me gusta la mirada que me lanzas cuando te hablo con la verdad. Despójate de esa ira, si no hay miedos ya, vélo de esa manera. Se esfumaron. No es mejor así?. Tus ojos me dicen que no entiendes nada de lo que te digo. Qué testaruda eres! Yo queriéndote aconsejar porque me duele tu luto y tu, tan pertinaz como siempre…Ahí está, te lo dije, la gente no cambia, ni tu ni yo.

Ni modo.

martes, abril 11, 2006

Cae la tarde y con ella mi cuerpo atravesado sobre la cama, carente de voluntad. Busco encontrar un escape y veo la silueta del Ávila delinearse en el cielo. Me siento prisionera. Cierro mis ojos con mis manos para bloquear la montaña y la luna, quiero entregarme a la oscuridad. Deseo dormir y olvidar, dormir y descansar los pensamientos. No puedo. Los acordes de una guitarra impiden que la consciencia me abandone. Entiendo que este ruido torpe es en cualquier caso una mejor alternativa que el silencio que buscaba. Las notas se burlan de mí, y la interrumpida melodía de Patience recuerda lo que no tengo. Hundo mi cara en la almohada y río al oír mi respiración, no logro ausentarme. Mi pecho aprisionado sobre el colchón produce un ritmo de exasperante ansiedad y comprendo que no estoy segura en mi habitación, no estoy segura en mí. No tengo salida.

viernes, abril 07, 2006

Humo y Jazz


Hace frío esta noche. Hace frío y estoy sola con las estrellas y media luna. El jazz me sirve como catalizador de sentimientos, se repite y los deja destilar. Descubro con sus notas emociones que no conocía. La trompeta suena para desnudar mi alma. La voz no tiene importancia, lo relevante es lo que calla. Por eso mi silencio. El humo se pasea y cobra formas abstractas sobre el resplandor de mi pantalla. Por un momento pienso que se parece a mi: abstracto, inquieto, frágil. Con cada bocanada se me revela algo nuevo, estoy empezando a comprender tantas cosas. La luna de testigo silente. Las estrellas centellean cómplices de una nueva lucidez. A su eternidad les confío mi inmortalidad.

My Chemical Romance


Helena a todo volumen. Se amplifica en mi cabeza, me embriaga, nubla mi entendimiento y no me resisto. Es lo que necesitaba. Sus gritos despejan mi ansiedad. Mis obsesiones se reemplazan con un ritmo perturbador. Nacen otras desesperanzadas. No entiendo lo que dice y no cuestiono. La disfruto así. Ingenua, ignorante. Es todo lo que me ocupa, me invade, me quita la vida, me enfurece y así me la devuelve. Sus imágenes en mi mente como una pesadilla fascinante. Me aturde, me persigue y la dejo. Me impulsa. Me lleva al borde. Me enseña el vértigo. Cierro los ojos. Me entrego. Me altera. Me gusta. Me mata y me anima.

What's the worst that I can say?
Things are better if I stay
So long and goodnight
So long not goodnight
 

Neko

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